Timando al parado

En estos momentos me siento como si llevara la palabra BOBA tatuada en la frente. Y es que estoy casi segura de que, como si fuera una novata cualquiera, esta misma mañana he sido víctima de un timo.

Todo comienzó con una más que posible falsa oferta de trabajo publicada el pasado sábado en un conocido diario deportivo. Mi pobre suegro, con toda la buena intención del mundo, la arrancó y se la pasó al nene para que este a su vez me la diera a mí.

A primera hora de la mañana, ilusionada, me dispuse a llamar para informarme. Al marcar el número una señorita me indicaba a toda prisa, sin darme posibilidad alguna de mediar palabra, que para recibir la información necesaria debía dirigirme a otro número de teléfono de tarificación especial: 807 51 73 XX. Sonaba extraño, sí, pero la búsqueda de trabajo se ha vuelto casi desesparada. Necesito ese empleo, por eso no paraba de preguntarme una y otra vez "¿Y si es verdad?". Llamé. Y, como era de esperar, sucedió lo siguiente:

En este segundo número enseguida saltó una locución que indicaba la dirección de la supuesta empresa -ubicada en Valladolid- y el coste de la llamada -un máximo de 1.17 €/min. para la red fija-. Inmediatamente después me atendía una operadora que me explicó en que consistía la supuesta oferta de trabajo tratando de detenerse en detalles sin importancia al tiempo que yo me iba acelerando más. Me tomó todos los datos personales y una vez dijo haber rellenado mi ficha personal me mantuvo a la espera durante varios minutos con la excusa de enviarla al centro de trabajo y esperar a que éstos la confirmaran los días en que deberían ponerse en contacto conmigo.

Entre unas cosas y otras me han tenido más de 15 minutos enredada al teléfono. Y aún siendo consciente que desde el comienzo el asunto olía fatal, aguanté estoicamente, mirando en todo momento el reloj y haciendo cálculos aproximados del pico por el que me saldrá la broma. Según avanzaba la llamada me asaltaba en varias ocasiones la opción de colgar sin más, pero la necesidad me hizo esperar hasta el final. Además, ya que había llegado hasta aquí ¿qué más me daba?

Antes de colgar me confirmaban que estaba en lo cierto: muy amablemente se me informó de antemano de que la ausencia de llamada por parte de la empresa significa una negativa por su parte y que eran muchas las personas que estaban llamando interesándose por la oferta (¡qué casualidad!). También me comentó que tienen una bolsa de empleo y, que si lo deseaba, podían buscarme otras ofertas para sí poder retenerme más tiempo. Obviamente dije que no y traté de deshacerme de ella con la mayor rapidez posible, no sin que antes me deseara mucha suerte en el proceso y me recordara que a diario reciben nuevas ofertas por si "estaba interesada en volver a llamar".

No hay que ser especialmente avispado para percatarse de que se trata de una estafa en toda regla. Y aunque la oferta fuera real, me sigue pareciendo un ABUSO VERGONZOSO que no sólo trata de aprovecharse de gente que, presumiblemente, está pasando graves apuros económicos ante la falta de trabajo, sino que también juegan con la desesperación y la ilusión de todos nosotros.

Supongo que estas son cosas que nos pueden pasar a todos si nos pillan en la hora tonta, pero ahora mismo no puedo evitar sentirme bastante mal conmigo misma. Aún así necesitaba compatirlo por si con mi experiencia puedo evitar al menos que a alguno de vosotros llegue a sucederos algo similar.

Son este tipo de cosas -entre tantas otras- las que me hacen avergonzarme de pertenecer a la especie humana. Da igual si es el cierre del mayor servicio gratuito de descarga directa, el dolor de una familia que trata de luchar con todas sus fuerzas de hacer justicia tras la perdida de una hija o la esperanza de quien ansía encontrar luz al final del largo túnel del desempleo. Siempre encuentran la excusa perfecta para sacar beneficio a base de engañar y aprovecharse de la buena voluntad del prójimo.