sábado, agosto 31, 2013

Final de las vacaciones

Ha sido un verano largo, por momentos aburrido y por otros increible. He tenido tiempo para ver el mar, darle el último empujón al carnet de conducir (¡por fin!), limpiar la casa a fondo y hasta para echar de menos el trabajo (algo de lo que pronto me arrepentiré, seguro). También he reflexionado y he llegado a plantearme la necesidad de ciertos cambios que no sé si algún día seré capaz de realizar en mi vida, pero ese es otro tema.

El caso es que ya no queda nada para la vuelta al curro y la sensación que me invade el cuerpo en estos momentos no es muy diferentes a aquella que sentíamos con la vuelta al cole de pequeños: nervios, ilusión, curiosidad, algo de pereza...


Supongo que se trata de eso que los expertos llaman síndrome postvacacional.


miércoles, agosto 14, 2013

¡Dios bendiga al aire acondicionado!

Cuando en diciembre decidimos venirnos a vivir aquí definitivamente, descubrimos que nuestro nuevo pisito era muy cálido. Tanto, que ni si quiera tuvimos la necesidad de poner la calefacción un sólo día durante todo el invierno. Si acaso, tirábamos algún rato que otro del pequeño calefactor que nuestros suegros nos regalaron para el cuarto de baño.

Lo que en un principio parecía que iba a suponer un ahorro importante en nuestras facturas terminó siendo todo un fiasco. Y es que ese agradable calorcito invernal pasó a convertirse en un continuo bochorno en cuanto llegaron los primeros días de sol en primavera. Ni que decir tiene que, ya entrado el verano, esto se llevaba poco con el mismísimo infierno.

Ni los grandes ventanales, ni la altura. Aquí no entraba una "mijita" de aire ni tan si quiera de madrugada. Y el viejo ventilador de pie que nos dejó la abuela lo único que hacía era remover el aire calentorro de un lado a otro de la habitación, resecando aún más si cabe el ambiente.


Hartos de sudar la gota gorda y no poder pegar ojo noche tras noche, decidimos comprar un aparato de aire acondicionado. Dada nuestra pobre economía y que tenemos muy claro que esta vivienda es sólo temporal (ya contaré por qué), optamos por la opción más barata y menos engorrosa y cogimos uno portatil.

Debo exclamar... ¡Qué gozada!

Claro está que no tiene las mismas prestaciones que uno fijo, pero igualmente resulta efectivo (y muuucho más barato). En poco tiempo enfría tanto la habitación como el salón, según dónde lo tengas puesto (lo bueno de vivir en un piso de 36 metros cuadrados es que nos permite pasarlo de un lado a otro sin tener que mover el tubo de la ventana) y la instalación nos resultó de lo más sencilla: bastó un trozo de cartón para fijar el tubo que extrae el aire caliente a la calle e impedir que entre de nuevo en casa.

Si tuviera que ponerle un pero, es el ruido que emite, aunque no es nada que no se pueda soportar.

De la factura de la luz todavía no puedo hablar. No abusamos de él (tan sólo lo usamos en momentos puntuales de mucho calor y una horita por la noche, para coger el sueño), pero aún así espero que lo que nos hemos ahorrado en calefacción no nos lo dejemos en electricidad...

miércoles, agosto 07, 2013

sábado, diciembre 15, 2012

Independencia

Nuestra independencia ya es algo tangible. Parecía que algo que no iba a llegar nunca, pero el nene y yo ya estamos (por fin) viviendo juntos.

Ha pasado tan solo una semana desde que diéramos el paso definitivo y ahora nos encontramos en ese preciso momento en que la desilusión y la impotencia dan lugar a la incredulidad. Echamos la vista hacia atrás y pensamos lo rápido que ha sucedido todo y en lo mucho que puece variar la situación de una persona en cuestión de unos poco meses. Tanto que, a decir verdad, casi genera cierta sensación de vértigo.

Poco a poco nos hacemos a la idea de que las cosas han cambiado y vamos poniéndolas en su nuevo orden mientras que nosotros mismos nos vamos adaptando a esa independencia que suena y, en efecto, sabe tan bien.

Y todo sin dejar de sonreir porque lo cierto es que nos sobran los motivos para hacerlo.

Independencia:
1. f. Cualidad o condición de independiente.

lunes, octubre 15, 2012

Preguntas existenciales (V): ¿El mejor sistema?

Ahora que por suerte ya tengo trabajo, nuestro traslado al piso es inminente. De hecho, ya desde hace un par de meses pasamos allí los fines de semana para ir poniéndolo todo en orden (y también para que se vea que la casa está habitada), lo que me ha permitido fijarme en algo en lo que hasta ahora no había recaído: la recogida de basuras.

Acostumbrada a los cubos en la calle, me llamó bastante la atención que en la nueva comunidad los contenedores se hallen ubicados en un habitáculo dentro de la propia finca, aunque allí sólo podemos encontrar los destinados a los restos orgánicos y a los envases (los del papel y el vídrio aún no he logrado localizarlos en toda la manzana, pero esa es otra historia). Es el portero quien, al final de su jornada de trabajo, se encarga de sacarlos a la calle.

Sí que es cierto que  las aceras lucen más limpias, pero cada vez que tengo que entrar al cuarto a tirar mis bolsas, ver el mismo cuadro y, sobre todo, percibir el nauseabundo olor que de allí desprende, me lleva a plantearme la misma pregunta...


¿Es realmente este el mejor sistema de recogida de residuos?

Premitanme que lo dude. Y más ahora, que nuestra "querida" alcaldesa ha decidido que, como supuestamente éramos la única ciudad europea en la que los camiones de basura pasaban todos los días (algo en lo que los demás debían fijarse y no al revés), los contenedores amarillos se recogerán únicamente tres veces a la semana.

jueves, septiembre 27, 2012

Escuchar a la naturaleza


Una de las cosas que más me llaman la atención de este mundo es el modo en que la naturaleza nos ofrece multitd de soluciones a determinados problemas, llegando a inspirar grandes proyectos destinados a hacernos la vida cotidiana más fácil, algo que también incluye el tratamiento de ciertas enfermedades.

El último ejemplo de lo que digo viene de la mano de un puñado de cipreses. En concreto, una legión de 946 ejemplares de nueve metros de altura que resistieron incólumes al incendio que arrasó el pasado julio 20.000 hectáreas de Andilla (Valencia).



Sorprendente, pero cierto.

Ahora un grupo de 40 investigadores internacionales y nacionales han llegado al Barranco de Herbasana (Jérica) para abordar el el enigma, del que solo se conocen precedentes en la Toscana (Italia) y Turquía.Y de éste estudio, dicen, puede surgir un proyecto único, aunque experimental, en Europa: la utilización de estos árboles como cortafuegos naturales.

Realmente una no sabe muy bien en qué momento el ser humano se distanció tanto del mundo, pero es algo que nunca debería haberse producido. Y es que en la actualidad nos iría seguramente algo mejor si hubiéramos permanecido más atentos a ella y a todas sus lecciones.

Cuando dicen que es tan sabia, por algo será...


"Estamos en relación mágica con la Naturaleza.
La próxima transformación biológica de la Humanidad
creará seres conscientes de esa relación".

(Jean Rostand)

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