martes, enero 10, 2012

Bogavantes en la basura

Si hace tan sólo unos días hablaba sobre la parte positiva de las fiestas que acabamos de despedir y cuya resaca a estas alturas seguimos padeciendo, hoy me siento en la obligación de hacer justo lo opuesto.

No es ningún secreto. De hecho, el consumismo desmedido es uno de los principales motivos por el que muchas personas reniegan -y con razón- reniegan de la Navidad. Compramos como locos, comemos como cerdos y tiramos alimentos en perfecto estado como si fuéramos auténtico desalmados, aunque al hacerlo la mayoría nos acordamos de los que no tienen nada que llevarse a la boca.

Pero la realidad es que no hace falta que llegue diciembre para ver continuamente este gesto.

La cosa se torna más indignante aún cuando nos referimos a los supermercados y otras grandes empresas distribuidoras de alimentos que, aunque en estas fechas no dudan en incrementar de un modo casi irracional las reservas de sus almacenes esperando que una avalancha de consumidores les dejen las mejores cifras del año, día a día se deshacen de toneladas de comida que perfectamente podría ser aprovechada por otras personas.

Sin ir más lejos, el nene me contaba lleno de rabia e incredulidad cómo el pasado día de Nochevieja tiraban en su centro de trabajo, entre otros, una docena de bogavantes que no sólo eran aptos para el consumo sino que ¡¡¡aún estaban VIVOS!!!

A la coordinadora de la tienda se le antojó que era mejor empezar el 2012 con pocas perdidas y por eso decidió deshacerse el último día del año de muchos productos que no habían caducado, sin pararse a pensar, por ejemplo, en el modo tan terrible en que morirían esos animales amordazados ni mostrar un atisbo de empatia hacia aquellos pescadores que se levantaron a horas intempestivas para pescarlos. Tampocó le importó la situación personal de todos aquellos cuyas circunstancias económicas les impiden celebrar fiestas de ningún tipo o que se estén esquilmando los mares para que sus frutos vayan directamente al vertedero. Sólo quería que cuadraran las cuentas y obtener una buena consideración por parte de sus superiores.

La triste realidad es que las cifras hablan por sí solas: según he leído en un artículo reciente, un tercio de la comida mundial termina en la basura. Con lo que un único gran establecimiento tira en un solo día se podría alimentar a más de 100 personas. Si multiplicamos esa cantidad por todos los supermercados que tenemos únicamente en nuestro país, nadie pasaría hambre en España. Y aún nos sobraría para darle a otros lugares del mundo... Y eso sin meter a otro tipo de comercios, como los restaurantes.

Aún me cuesta creer que la mayoría de los dirigentes -mundiales y nacionales- o no se hayan percatado de esta situación o no quieran otorgarle la importancia que, en mi opinión, requiere. Aunque lo cierto es que existen grandes ejemplos de lo que podría hacerse: Noruega ha aprobado recientemente que las empresas alimentarias informen sobre la cantidad de comida que tira. Más cerquita, en Canarias, el Gobierno insular acordaba en 2009 con la Asociación de Supermercados de Canarias repartir los alimentos sobrantes de los establecimientos entre las personas que más lo necesiten.

¿Entonces, a qué esperan y por qué para tomar medidas en este sentido? ¿Por qué en este tipo de cosas nunca cunde el ejemplo? ¿Y por qué nosotros, la gente de a pie, entramos en un sistema tan sumamente injusto? No logro entenderlo...




Si te interesa el tema, puedes leer este libro:
Título: Despilfarro. El escándalo global de la comida.
Autor: Tristam Stuart.
Colección: Alianza Ensayo.

10 comentarios:

Didi dijo...

Gracias por tu artículo, estoy de acuerdo completamente. Aunque yo no pertenezco a ese tipo de personas porque compro lo justo, tiro lo menos posible, reciclo lo que puedo y lo que no puedo reciclar por mi cuenta procuro enviarlo al sitio más adecuado...y doy gracias todos los días por los alimentos que consumo, sean los que sean..."comer de retales" es un clásico en mi familia. Por favor si conoces iniciativas como la de Canarias cuéntanos.Gracias

Anónimo dijo...

no... es macabro que ocurran estas cosas...tirar comida cuando niños mueren de hambre... es injusto y da bronca me acuerdo cuando aqui una vez tiraban la leche!!!!fue horroroso!!

bueno...no se que decir de estas fotos....

te dejo besines
que estes bien ...

SAU

Miguel dijo...

Poco que añadir, tú ya lo has dicho todo. Solo añadir que estoy escandalizado por todo lo que se tira y no se guarda para los que lo necesitan.
Será que las personas son egoístas...

Un beso.

Analogías dijo...

Por qué? Porque vivimos en un círculo vicioso en el que siempre se alimenta a la esfera de arriba. Los de abajo, si tienen suerte, pillan los despojos.

Todo está estructurado para que siempre sigan saliendo ganando los mismos. No nos vamos a poner a analizar la industria farmacéutica (que no interesa sacar medicinas que curen definitivamente enfermedades crónicas) o la mafia de los petroleros. Injusto mundo que involuciona. Bonito blog. Saludos

Una ignorante dijo...

Indignante. No hay otra palabra. Aquí, en la familia con la que estoy viviendo desde que me vine a Londres, tienen la manía de llenarse el plato hasta arriba, vallan a comerselo todo o no, y después tirar lo que sobra sin remilgos mi miramientos... Yo a las dos niñas intento inculcarles aquello que a mi me enseñaron mis padres: la comida que tú tires se la estás quitando a alguien que puede que la necesite más que tú... Pero con todo y con eso, a diario se tira suficiente comida en esta casa como para dar de comer al menos a una persona y media... Yo cada vez que les veo me pongo mala no, lo siguiente... Pero por desgracia, esto es una costumbre que se encuentra más de lo que se debería.

Interesante blog, me pasaré de vez en cuando (si es que tengo tiempo XD)

Un saludo!

F.J.M. (Marco Atilio) dijo...

Lamentablemente el mundo que nos rodea es tremendamente injusto, lo hacen injusto personas egoístas y mezquinas que adolecen de la más mínima humanidad y sensibilidad para con sus semejantes, me refiero a las personas que ostentan el poder económico, político o de otra índole y que suelen ser muy antisociales y egocéntricas, con un egocentrismo rayano en la patología. ¿A quién de ellos le importa que la demás gente se muera de hambre?

Podemos enumerar algunas de esas "joyas" y nos encontraríamos con las grandes fortunas (los mercados) que gobiernan hoy en día el mundo. Con una pequeñísima parte de esos tremendos capitales se acababa con la pobreza y el hambre en el mundo.

Podríamos seguir con los políticos, la mayoría gente sin escrúpulos, llevando a cabo políticas regresivas y antisociales, fomentando la desigualdad y la injusticia, pobres magalómanos asentados sobre injustos privilegios, totalmente apartados de la realidad de la gente de a pie, subyugados al poder de la banca, de los mercados y del gran capital y que se convierten en su brazo ejecutor para asestar al pueblo golpe tras golpe hasta dejarlo prácticamente noqueado.

Los empresarios, algunos gente sin escrúpulos que se enriquecen a costa del pobre trabajador que tienen bajo su yugo, pagándole poco y mal y siempre con la amenaza del despido a poco que se revele contra las injusticias que practica esta ralea de tan baja catadura moral.

¿Ante este panorama me va a sorprender que se tiren a la basura toneladas de comida en lugar de repartirla entre los más necesitados? No, no me sorprende en absoluto porque España se hunde y no tenemos salvavidas. Porque España se hunde y no vislumbro a nadie capaz de acabar con este sistema tan nauseabundo como asquerosamente injusto.

Perdón pero supongo que estaré entre los llamados “Indignados” y no puedo abstraerme ante estas injusticias y ante este sistema tan irracional que padecemos.

Me ha gustado mucho tu blog, prometo pasarme por aquí siempre que pueda.

Ayúdame cerebro dijo...

Buenísimo, es un claro ejemplo de la manipulación que sufrimos de manera constante. No hay falta de recursos en ningún ámbito, hay una mala gestión de lo mismos y un mal reparto de la riqueza. Necesario reflexionar para crear un mundo habitable por favor. Bravo Samurai!!!!!

Perséfone dijo...

Didi: Si todos hiciéramos lo mismo qué tú, o al menos nos molestáramos en intentarlo, algo mejor nos iría. La verdad es que conozco pocas iniciativas como la de Camarias, pero intentaré indagar más al respecto. Gracias a ti por pasar.

SAUVIGNONA: Como dices es una auténtica paradoja. A mí también me crispa los nervios que para protestar algunos tiren la comida ¿no sería mejor regalarla, por ejemplo? Mundo de locos...

Miguel: No se si el adjetivo es egoísta o, simplemente, corto de miras. No creo que todos los que tiran lo hagan por no darselo a los demás, sino que simplemente lo hacen porque es algo que tienen completamente interiorizado. Ni se lo cuestionan porque es algo normal y habitual.

Analogías: Como bien dices, es la pescadilla que se muerde la cola. Nos hallamos sumidos en un sistema que necesita derrochar para que no resulte insostenible. Toda una ironía que además es más que cuestionable.

Una ignorante: Teremendo lo que comentas. Si es habitual que muchas familias no se molesten en inculcar algo tan básico a su prole, ¿cómo vamos a esperar que les importe lo que suceda a una escala mucho mayor? Increible...

Marco Atilio: ¡Vaya! Con esa pedazo de argumentacion me dejas sin palabras, compañero. Sólo puedo suscribir tu comentario, de principio a fin. me alegra que te guste el blog. Sabes que estás invitado a volver siempre que te apetezca.

Divina Pagana: Ahí la has dado. Sin ir más lejos, a menudo nos cuentan que hay superpoblación mundial y que, claro, algunos tienen que pasar hambre por necesidad. La realidad es que actualmente, con los recursos con los que contamos, se podría abastecer incluso el doble de personas de las que hay ahora mismo en el palneta. Pero para eso necesitaríamos distribuirlo de otra manera más justa y equitativa. Y claro, eso no interesa.

Muchísimas gracias a todos por molestaros en venir, leer y, sobre todo, dejar vuestra opinión. Nos vamos leyendo aquí o allá.

Mr Blogger dijo...

Es como lo del reciclaje, que se supone que las compañías deben retirar elementos electrónicos/microondas/neveras y demás viejos porque las personas normales no tienen formas de tratarlos correctamente para su desecho; sin embargo, tiran por lo más económico, hacerse las suecas para que sean las personas quienes lo hagan y ahorrarse el dinero. Lo mismo con la comida, lo cual es mucho más sangrante porque esta si se puede aprovechar y como último remedio reciclar de manera fácil y barata (compos).

Perséfone dijo...

Mr Blogger - Siempre es lo mismo: rentabilidad, beneficios, negocio... ¡Pero qué asco de sociedad estamos creando! ¿o debería decir permitiendo?

Un saludo.

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