Entre balances y propósitos ¡¡Feliz año nuevo!!

Ahora que el 2011 está a punto de expirar y todos los medios parecen empeñados en escoger la noticia más importante del año, nos toca hacer balance.

Lo cierto es que los últimos 12 meses han sido muy movidos tanto a nivel nacional como mundial: la corrupción y otros escándalos políticos, la caída de algunos de los gobiernos más longevos del mundo o la muerte y la enfermedad de personajes realmente influyentes, el fin de la violencia de manos de ETA, el florecimiento de una primavera que nadie esperaba, la indignación generada por la crisis económica o un terremoto desastroso que dejó miles de fallecidos y provocó una tremenda crisis nuclear en Japón, poco después de que otro de mucha menor intensidad dejara 9 muertes en nuestro propio país son sólo algunos temas que, por mayor o menor fortuna, a todos nos suenan.

Personalmente, y pese a que dada la coyuntura actual no pueda evitar sentirme totalmente estancada y hasta desencantada, sería injusto no admitir que éste no ha sido una temporada en blanco, sino más bien un periodo importante en el que ¡al fin! he obtenido ese título que me abre la puerta a la posibilidad de dedicarme a la que en realidad es mi verdadera vocación: la educación infantil. Y además he ganado una valiosa experiencia y muchas vivencias inolvidables al lado de los peques, gracias a la formación que recibí en una empresa y a los dos meses de verano en que me tuvieron contratada.

Eso en lo que respecta al terreno laboral. En esos otros aspectos que más suelen importarnos (la saud, la familia y el amor), puedo decir que no se han producido cambios signiticativos. Y, eso es bueno. De hecho espero que nada ni nadie me los toque porque, tal y como están, no sólo me parece perfecto, sino que además me dan las fuerzas y el apoyo para seguir luchando.

Al análisis le siguen las preguntas de rigor: ¿qué le pedimos al 2012? ¿qué esperamos de él? y, sobre todo, ¿qué esperamos de nosotros mismos?

Estoy segura de que, aunque la respuesta a la última cuestión será muy diferente para cada uno de nosotros, para contestar a las dos primeras todos pronunciaríamos casi las mismas palabras: que la situación mejore y las cosas vuelvan a su cauce. Que las familias que lo están pasando mal vean saciado de una vez por todo su dolor y sus necesidades. Que las cifras del paro disminuyan todo lo que se pueda. Y que los altos cargos nos tiendan la mano de una vez por todas.

Desde aquí sólo puedo desear que el 2012 nos traiga la estabilidad laboral, económica y política que tanto necesitamos, que del resto ya nos encargamos nosotros.

Espero de todo corazón que todos esos buenos propósitos, deseos, metas, ilusiones o sueños que hayáis podido perjeñar durante estas últimas horas del año se vean hechos realidad muy pronto.

¡¡¡FELIZ 2012 A TODOS!!!