Infravalorados

Mientras escuchaba aquel CD que el nene me pasó hace tan sólo unos meses como su última gran adquisición, no he podido evitar reflexionar sobre lo poco (o nada) que se valora en este país a todos aquellos artistas que o bien no se amoldan al estilo mayoritario o bien huyen de multinacionales y otras estrategias habituales de producción y/o promoción.

Así, mientras los más poderosos del gremio ponen contínuamente a parir a los internautas desde sus respectivas residencias ubicadas en diferentes paraisos fiscales porque ven peligrar sus elevadísimos ingresos obtenidos con el mínimo esfuerzo, otros se ven obligados a buscarse la vida como buenamente pueden para llegar a vivir de aquello que aman y para lo que valen con creces.

Ese último es el caso de Rafa Martín, un muchacho que, ante el fracaso de su primer disco y el vacío que le hicieron las discográficas, cayó en la osadía de ir por libre: compuso un montón de temas, pidió un crédito, convenció a alguien para que se lo produjera, y grabó una maqueta que envió a otros sellos. Terminó marchándose a EEUU para grabar con la banda de Rock Harem Scaren, los únicos que se atrevieron a apostar por él.

A estas alturas, Rafa continua esforzándose en buscar, ya no el éxito, sino darle continuidad a su carrera al tiempo que sus fans, demasiado escasos como para conseguir que alguien lo suficientemente poderoso le eche una mano, esperan con ansias un tercer LP que debía haber salido a la luz en enero sin la posibilidad de acudir a ninguna fuente fiable en busca de información alguna.

Sirva esta modesta publicación como pequeño homenaje a todos aquellos que, injustamente, ven trabado una y otra vez su sueño sólo por no adaptarse a los cánones establecidos, así como un intento de dar a conocer desde este pequeño espacio de la red esa maravillosa voz rasgada que algunos incluso se atreven a comparar con la de Bryan Adams...