sábado, enero 16, 2010

¡Que indulten al dragón!

Aún lo recuerdo a la pefección: a pesar de poseer una apariencia tosca y feucha (como todo dragón que se precie), este no era demasiado común. Y es que, en lugar de fuego y alaridos, eran niños y su alegre algarabía los que expulsaba desde lo más profundo de sus entrañas a través de una larga lengua en forma de tobogán.

Pero el tiempo y la falta de palabra de quienes decidieron comprometerse un día a encargarse de sus cuidados hacían demasiado daño. Tanto, que la clase política (la misma que acordó las bases de su mantenimiento) opina que el monstruo con el que varias generaciones convievieron, ha dejado de ser un símbolo para pasar a convertirse en un terrible peligro público. Y no por su ferocidad, sino por el mal estado en que se encuentra (mejor dicho, en que unos y otros le han dejado).

Ahora no sólo le quieren condenar a muerte, sino también al olvido: pretenden retirar a este ser mitológico (en el sentido más amplio de la expresión) de las calles del madrileño barrio de La Elipa.



Yo ni si quiera formo parte del barrio en que se encuentra el 'monumento', pero la verdad es que entiendo perfectamente a quienes si viven en él. Si ya me apena a mí la noticia, que sólo he pasado unos cuantos ratos de niña deslizándome sobre su lomo, ¿qué no pensarán al respecto todos esos vecinos que han convivido con él durante años, las madres que se acercaban a sus pies cada tarde para concederle el cuidado de sus hijos, los niños que se escondían en su interior, las parejas que le hicieron testigo de sus romances o quienes sólo le utilizan como punto de encuentro?

No entiendo mucho sobre estos temas, pero ¿reealmente cuesta tanto rehabilitarlo, adaptarlo a la nueva normativa de los parques y dejarlo en su lugar? Desde luego resulta mucho menos rentable que, tal y como se planea, organizar un concurso de ideas para sustituirlo por otro monumento que lo recuerde, pero ¿dónde irán los recuerdos de la gente? ¿por qué se niegan a comprender que, la mayoría de las veces, estos tienen más valor que un elegante monumento o un puñado de dinero?

Por eso desde aquí quiero comunicar mi total rechazo ante la noticia, así como animar a todos los vecinos para que sigan con esta particular lucha, quienes por supuesto cuentan con todo mi apoyo. Si quienes me leeis también quisierais hacerlo a pesar de no ser de Madrid, podeis aportar vuestra firma a la causa.

Espero, de corazón, que se consiga el indulto del dragón.

11 comentarios:

Belén dijo...

Qué pena si lo quitan!!! además, muchos niños ya serán mayores, no?

Besicos

La Vero dijo...

A mi también me paso algo parecido, en el aprtque que iba a jugar todos los días cuando era pequeña, cuando yo tenia 10 años lo remodelaron entero. Sigo acordandome de como era, pero ahora dudo si ese era el mismo parque al que iba a jugar.

Besos y abrazos

Raúl Perelló dijo...

¿Tanto cuesta adecuarlo para que no sea peligroso?
Si para el alcalde o algún concejal ese dragón significase algo, otro gallo cantaría.
Besicos varios, querida.

Sin amor no hay cielo dijo...

A mi me paso lo mismo con un parque que habia al lado:l
si respetasen mas las cosas. . .
besos!^^
te sigo:D

Malvada Bruja del Norte dijo...

¡Que se salve el dragón!

Además es precioso! Estoy contigo, deberían de restaurarlo y punto!

Tiene una carita... ¿te has fijado que es un poco bizco? Y un mucho de maternal con ese cuerpo que puede habitarse?

Unknown dijo...

Buena causa, buena lucha y buena tu entrada. Si el barrio se compromete épicamente y no tanto a salvar el Dragón, el Dragón no irá a ningún lado. De los vecinos (y no tanto, como vos o como yo que estoy lejos pero me sumo a la cruzada) depende su destino y no de infelices políticos que siempre están buscando la forma de hacer las cosas al revés por negociado, ingenuidad, ignorancia y malicia.

¿Por qué hacer un nuevo juego que recuerde al anterior, si el anterior todavía esta en pie, viejito, pero en pie? Te aseguro que no es ni muy caro, ni muy complicado restaurarlo, sobre todo si el barrio y la comunidad están de acuerdo en reacondicionarlo para que siga por otros cien años más divirtiendo a los niños y no tan niños.

Siempre se agarran con el que menos puede defenderse para ganar unos dineros de más. Cuestiones de modernismo y seguridad civil que les dicen…

Un abrazo y ya voy a poner mi firma al enlace que dejaste.

HologramaBlanco

Miguel dijo...

Da pena que se destruya algo que forma parte de un paisaje de nuestra infancia. Hoy lo rehabilitaría.

Un abrazo.

la cocina de frabisa dijo...

Per, has hecho una defensa tan entusiasta que yo que ni lo conozco, me apunto al indulto.

un beso, guapa

(Qué tal te van las clases?)

Y yo con estos pelos dijo...

La verdad es que es una pena que cosas asi se echen a perder y en el olvido solo porque el listo de turno que le tocaba mantenerlo bien lo ha dejado echarse a perder y ahora ve mas facil poner cuatro columpios nuevos que arreglar eso que ademas de diferente es bonito... en fiiin...

Mr Blogger dijo...

El viejo truco de: dejamos que se caiga a pedazos para poder quitarlo luego sin demasiadas quejas de los vecinos (total, es un trasto) para luego poder después hacer lo que quieren con el terreno/sitio, salvo que a veces los humanos nos movemos con otros parámetros diferentes.

lola dijo...

Hola Perséfone, opino igual que tu, hay que salvar al dragón, pues representa algo que los niños han dejado de hacer poco a poco... jugar en los parques por permanecer mas tiempo frente al televisor y con las máquinas de videojuegos encendidas por muchas horas, ojalá que logren salvarlo y claro está que lo reparen para que vuelva a ser una invitación para que los niños salgan nuevamnete de sus entrañas con gran algarabía.
Saludos.

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