La forma en que se ha desarrollado este año y los problemas económicos en que se halla inmersa la familia nos han impedido viajar a la playa de vacaciones. Sin embargo, siempre hay una alternativa barata, así que el nene y yo hemos realizando durante esta semana los trámites necesarios para reservar nuestras vacaciones.
No veremos el mar, pero igualmente nos escaparemos durante unos días de la ciudad.
Concretamente a un camping que, a pesar de ser de segunda categoría, goza de muy buenas instalaciones. Además se halla en un entorno privilegiado, rodeado de naturaleza, donde las temperaturas máximas estos días no superan los 30ºC y las mínimas rozan los 13 (una media de cinco grados menos que en la capital).
¡Qué gozada!
No veremos el mar, pero igualmente nos escaparemos durante unos días de la ciudad.
Concretamente a un camping que, a pesar de ser de segunda categoría, goza de muy buenas instalaciones. Además se halla en un entorno privilegiado, rodeado de naturaleza, donde las temperaturas máximas estos días no superan los 30ºC y las mínimas rozan los 13 (una media de cinco grados menos que en la capital).
¡Qué gozada!
El pueblo en el que se haya situado es La Acebeda, uno de los más pequeños de la Sierra Norte (nuestra Sierra), que cuenta con tan sólo 57 habitantes y recibe su nombre a causa de la enorme abundancia de acebos que hay (original donde los haya ¿eh?).
Lo cierto es que, aunque tendremos que esperar hasta la segunda semana de septiembre, estamos deseando marcharnos ya. Y no sólo por el hecho de desconectar de la rutina y el mundanal ruido, sino porque tenemos ganas de darle una segunda oportunidad a aquel pueblo que apenas nos gustó cuando en realidad ni tan si quiera tuvimos la oportunidad de conocerlo cuando estuvimos allí.
Es injusto dejarnos influir a la hora de juzgarlo por los recuerdos poco agradables que guardamos los dos de aquella estancia de tan sólo una noche.
Corría el mes de enero y a pesar de que hacía un frío terrible, al acercarnos hasta allí no había apenas un copo de nieve. Nos cayó toda de madrugada, durante una tormenta tremenda que hizo que se fuera la luz y pasáramos más frío que perrillos chicos, más miedo que unos tontos y que añadida a nuestra falta de previsión casi nos obligó quedarnos incomunicados en aquel lugar.
Como ya digo, los planes que teníamos para aquel domingo se frustraron completamente, impidiéndonos empaparnos de sus costumbres, así como de sus lugares más representativos (algo no demasiado complicado en una localidad tan pequeñita).
En esta ocasión vamos llenos de optimismo, esperando que el lugar nos guste de verdad. O al menos con la posibilidad de valorar con propiedad el lugar a la hora de regresar a casa.
Lo cierto es que, aunque tendremos que esperar hasta la segunda semana de septiembre, estamos deseando marcharnos ya. Y no sólo por el hecho de desconectar de la rutina y el mundanal ruido, sino porque tenemos ganas de darle una segunda oportunidad a aquel pueblo que apenas nos gustó cuando en realidad ni tan si quiera tuvimos la oportunidad de conocerlo cuando estuvimos allí.
Es injusto dejarnos influir a la hora de juzgarlo por los recuerdos poco agradables que guardamos los dos de aquella estancia de tan sólo una noche.
Corría el mes de enero y a pesar de que hacía un frío terrible, al acercarnos hasta allí no había apenas un copo de nieve. Nos cayó toda de madrugada, durante una tormenta tremenda que hizo que se fuera la luz y pasáramos más frío que perrillos chicos, más miedo que unos tontos y que añadida a nuestra falta de previsión casi nos obligó quedarnos incomunicados en aquel lugar.
Como ya digo, los planes que teníamos para aquel domingo se frustraron completamente, impidiéndonos empaparnos de sus costumbres, así como de sus lugares más representativos (algo no demasiado complicado en una localidad tan pequeñita).
En esta ocasión vamos llenos de optimismo, esperando que el lugar nos guste de verdad. O al menos con la posibilidad de valorar con propiedad el lugar a la hora de regresar a casa.
8 comentarios:
Pues haceis muy bien cambiando el lugar y la forma de ir de vacaciones y no quedaros sin ellas jejeje y me parece estupendo que querais dar una segunda oportunidad a ese lugar, asi que espero que lo paseis genial!!!
Espero que esta vez los planes de salgan bien no como a Anibal je je je. Saludos.
Es importantísima la "pausa" y como sabemos Amiga, nosotros somos quiénes le damos a los lugares, el encanto especial.
De modo que, a disfrutar y mucho y por supuesto, sería maravilloso que ese lugar sea exacto como esperás!
Un abrazote Preciosa!
Un viaje pensado con tantas ganas y tanta ilusión es casi imposible que salga mal.
Espero que os lo paséis de maravilla.
Un abrazo.
Ya verás como esta vez será muy diferente. ¡A disfrutar de las vacas y a disfrutar mientras llegan!
Creo que como están ultimamente las cosas el hecho de poder irse de vacaciones es todo un exito, asi que aprovechenlas desde hoy aunque sea en septiembre cuando se alejen de la rutina.
Abrazos
Al mal tiempo buena cara que se dice
Pasad.lo bien ;)
Un beso
Qué planes más chulos tenéis!! Mira, me encanta como habéis planeado vuestras vacaciones aunque el presupuesto se haya reducido.
Además, ir de camping es algo que recuerdo con muchísimo cariño, lo he pasado GENIAL.
En cuanto al recuerdo que tenéis de ese pueblo, se borrará este próximo septiembre, no hay como dar una segunda oportunidad.
Recuerdo el pasado año cuando nos robaron en Francia, a continuación del hecho fuimos a Sete un pueblo cercano al robo, a poner la denuncia, todo me pareció gris (la verdad es que estaba nublado) triste y feo. Este verano volvimos a propósito y uauuuuuuuuuuuuu, me pareció un pueblo precioso, claro que nosotros y las circunstancias habían cambiado.
un beso, guapa
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