sábado, noviembre 28, 2009

A cal y canto

Mis escasas visitas al mercado están llenas de nostalgia a causa de la gran cantidad de recuerdos que me evoca el mero hecho de plantar un sólo pie dentro de la galería: en seguida mi mente se llena de escenas de cuando era cría y acompañaba a mamá a hacer la compra o de la buena relación que existía entre los tenderos y su clientela habitual.

El otro día pude comprobar que algo parecido le sucede al nene, pues al ir a hacer un recado pasamos cerca del mercado de su barrio e ilusionado me propuso entrar para enseñármelo; Y así lo hicimos.

A pesar de que en la planta baja la presencia de clientes era nula, se dejaba ver cierta actividad. Todos los puestos estaban abiertos, aunque ya comenzaban a recoger.

Mientras recorríamos sus pasillos, él me mostraba quienes eran los que tenían mejor género, los que que tenían fama de careros, el que le daba una loncha de fiambre mientras su madre compraba e incluso quien era aquella chica tan maja a la que recordaba haciéndole carantoñas cuando el tan sólo era un bebé regordete y mofletón.

Al subir a la planta de arriba el panorama era muy diferente, diría que desolador: Salvo el bar cuyo cartel se dejaba ver encendido al fondo, todos los puestos estaban cerrados a cal y canto. Ni un sólo negocio persistía allí.

Si amplias la foto la verás mejor.

Y no... no era cosa del horario, sino de años. Porque ese es el tiempo que lleva cerrada dicha planta a causa de la poca rentabilidad que tienen hoy en día este tipo de comercios.

Supongo que es cuestión de tiempo el que todos asumamos que el mercado tradicional (y el pequeño comercio en general) se halla en grave peligro de extinción y terminen por ser engullidos por esas grandes superficies (alguna de las cuales incluso comparten espacio con el propio mercado al haber comprado parte de él) en las que no tenermos que esperar una cola diferente para cada producto y donde los horarios de trabajo no son tan esclavos (al menos aparentemente).

Realmente no sé si será cosa de eso a lo que algunos llaman desarrollo o de simple comodidad, pero a mí personalmente me produce una pena tremenda pensar que dentro de unos años sólo podamos referirnos a estos centros comerciales en los libros de texto.

15 comentarios:

María dijo...

El mercado tradicional se está perdiendo, son muchas cosas las que, en la actualidad, se van perdiendo, por desgracia.

Un beso.

Chuspi dijo...

Pues fíjate que yo creo que no niña, que los mercados no desaparecerán así como así, pues a las amas de casa de toda la vida les encanta ir a la plaza y comprar en el puesto de siempre.
De todos modos, si todo ha de cambiar, aborrezco este sistema de engullir sin ningun tipo de escrúpulo a la tienda de barrio ( ya hecho por cierto) y al mercado tradicional.
No creo que puedan con él, al menos en mi caso es donde el pescado se vende fresco y están los mejores precios, nada que ver con las grandes superficies la verdad, donde todo esta envasado al vacío y nada tiene qué ver con la pescadera de siempre, NO.

Mi ciudad que es pequeña, ya cuenta con varios centros comerciales y si te digo la verdad no lo comprendo...demasiada superficie para tan poca población a mi parecer, pero bueno...

Dicen que la ciudad engloba muchas poblaciones cercanas y todos vienen a comprar a la ciudad. Es cierto, pero se están cargando la pequeña economía, la de siempre, la simpatía y la confianza del barrio.
Con lo cual, estas tienduchis, suben los precios considerablemente pues tb están al frente en horarios de gran demanda, aquellos que por cercanía saben que acudirás a ellos sí o sí.

Y yo como consumidora desastre que no planifica, acudo.
Porque me queda de camino siempre a horas intempestivas.
Pero es que joder...no sé....

No voy a coger el coche por un par de limones, dos tomates o un pack de cervezas en el momento. Es así.

En fin, gasto más que en el super, sí, pero tb me atienden en un plis plas, y éso a veces tb tiene su precio......o no?????

No sé....seré una vagota q tb es cierto....pero esta gente tiene que seguir viviendo de algo no?

Besitos!

Naveganterojo dijo...

Esa triste foto del mercado vacio, ya la he visto en mas sitios, el mercado de una ciudad catalana, costera y turistica, estab igual de vacio que el de la foto, y el mercsdo de la ciudad donde vivo, en Castilla Leon, esta igual de vacio.
Lo curioso del caso es que la planta de abajo se mantiene aunque sea de malas maneras y la de arriba es la que no ha podido sobrevivir,(en ninguno de los dos mercados que te comento).
Al final terminaremos todos en los "carrefufus", los "cortes amwericanos", y en lugares de consumo salvaje de ese tipo.
Un abrazo

Belén dijo...

Es una pena, lo malo es que no tenemos tiempo para ir a los mercados... pero mi madre siempre va...

Besicos

Miguelo dijo...

no pueden competir con las grandes superfecies. es una pena

La Vero dijo...

Es una pena lo de las pequeñas tiendas. Yo también me acuerdo cuando iba a comprar con mi mama a las tiendas del barrio.

Besos y abrazos

Mr Blogger dijo...

Los horarios no permiten más. Si trabajáramos media jornada, aquello de ir a buscar el mejor género y pelear con los tenderos no se perdería. Sin embargo, llegamos cansados a casa y no nos apetece nada, si tenemos que ir a comprar vamos a donde esté todo junto y sea lo más rápido posible. Y si algún producto no termina de gustarnos, buscamos otra cosa al lado y ya si eso otro día...

Capazorros dijo...

¡MIRE SEÑORA QUÉ MERLUZA!
¡PERO QUÉ TOMATES TENGO!
¡VAMOS, QUÉ ME LOS QUITAN DE LAS MANOS!
Un saludo.

Miguel dijo...

Es verdad. Aquellos mercados donde conocíamos a los dueños, y ellos nos conocían a mí. Esto me recuerda a mi niñez. Hoy nada es igual.

Un abrazo.

La Gata Coqueta dijo...

Los mercados o plazas tienden a desaparecer es muy triste porque todo queda en las manos de las grandes superficies y se pierde esa vidilla tan especial de ir hacer el mercado con el recateo incluido.

Yo me crie en uno de ellos y siento lastima por su peredida.

Marí

AdR dijo...

Por suerte no todos los mercados desaparecen, por mi zona, aunque se resienten de la crisis, siguen estando abiertos y con mejor género que nunca, al menos los precios bajan por la competitividad, cosa que es de agradecer, además de la atención personalizada :)

Besos.

Fatalíssima dijo...

Muy triste q si no se trata de una gran superfície, la cosa no tira...

Por eso tiene su gracia ir a comprar al mercado, que las señoras intenten entablar conversación contigo a la vez que intentan colarse, y q tu frutero te avise cada vez que tiene perejil fresco!

Y yo con estos pelos dijo...

La verdad que esa foto que enseñas da mucha pena de hecho me extraña que incluso este abierto el bar, porque ir por ese pasillo tan oscuro y vacio a mi me daria cosa, aqui cerca de mi casa en madrid hay uno pero nunca he entrado... y los que conozco de santander la verdad es que tienen todos sus comercios aunque alguno tiene mas bar tipo taberna etc que comercios pero tienen un buen ambientillo la verdad. un besito y buen puente

Perséfone dijo...

Gracias a todos por vuestros comentarios, y dsculpad que haya tenido tan abandonados vuestros blogs como mis actualizaciones. Acabo de pasar la época de éxamenes y no termino de acostumbrarme a este turno.

Ahora que ya ha pasado la tormenta podré ponerme al día.

Un abrazo a todos ¡Y espero que esteis paando un puente genial!

Emma Núñez dijo...

Hola Perséfone.
En mi barrio hay dos mercados y no me equivoco si digo en nombre de la mayoría de vecinos que ninguno podríamos pasar sin ellos.
Aquí, por suerte, se sigue comprando bastante en comercios pequeños, los de toda la vida vamos, y espero que dure porque eso da mucha vida al barrio y hace vecindario.
Un saludo.

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