Mi alergia a los ácaros viene de serie con el asma y una fastidiosa dermatitis atópica que, aunque ande molestando todo el año, por estas fechas siempre suele hallarse en pleno apogeo, localizándose cada primavera en un punto distinto de mi cuerpo.
Ahora le ha tocado el turno a los tobillos.
Los picores son tan insoportables que, a pesar de que durante todo el día evito llevarme las uñas a la zona (con el consiguiente estado de nervios por no poder saciarlos), es durante las horas de sueño cuando me pego el tremendo festín. Y cómo será la cosa que cada mañana despierto con parte de mis piececillos doloridos e irritados, incluso a veces algo ensangrentados y con alguna costra.
Sin embargo en mis heridas he encontrado la excusa perfecta para andar todo el día descalza, sin tener que soportar que mis progenitores sigan riñéndome como cuando era una cría y trataban de evitar que me resfriara o, simplemente, que las plantas –llevara calcetines o no- se me pusieran tan negras como el carbón.
Curiosamente no debo ser la única a la que le encanta llevar a cabo tal práctica, puesto que incluso algún chalado se atrevió a crear un movimiento denominado barefooters cuya filosofía es la de caminar descalzos por la vida para sí encontrar el contacto directo con la naturaleza, llegando incluso a afirmar que esto es beneficioso para la salud.
Francamente, yo no llego a tales extremos, pero si es cierto que lo considero uno de esos pequeños placeres de los que disfruto plenamente. Y es que llegara casa después de un largo día de trabajo y poder quitarse los fastidiosos zapatos NO TIENE PRECIO.
Ahora le ha tocado el turno a los tobillos.
Los picores son tan insoportables que, a pesar de que durante todo el día evito llevarme las uñas a la zona (con el consiguiente estado de nervios por no poder saciarlos), es durante las horas de sueño cuando me pego el tremendo festín. Y cómo será la cosa que cada mañana despierto con parte de mis piececillos doloridos e irritados, incluso a veces algo ensangrentados y con alguna costra.
Sin embargo en mis heridas he encontrado la excusa perfecta para andar todo el día descalza, sin tener que soportar que mis progenitores sigan riñéndome como cuando era una cría y trataban de evitar que me resfriara o, simplemente, que las plantas –llevara calcetines o no- se me pusieran tan negras como el carbón.
Curiosamente no debo ser la única a la que le encanta llevar a cabo tal práctica, puesto que incluso algún chalado se atrevió a crear un movimiento denominado barefooters cuya filosofía es la de caminar descalzos por la vida para sí encontrar el contacto directo con la naturaleza, llegando incluso a afirmar que esto es beneficioso para la salud.
Francamente, yo no llego a tales extremos, pero si es cierto que lo considero uno de esos pequeños placeres de los que disfruto plenamente. Y es que llegara casa después de un largo día de trabajo y poder quitarse los fastidiosos zapatos NO TIENE PRECIO.
15 comentarios:
Te apoyo. Que pesados siempre los padres con lo de estar descalzo...
¿Vas hacerte socia de barefooters? jeje
Yo creo que no podría estar todo el día descalzo. Un rato sí, pero no más de media hora.
¿Por qué? te preguntarás, pues yo te contesto:
Si estoy mucho tiempo decalzo me sudan las manos.
¿Raro? pues sí hija, sí. Pero es lo que hay jeje
¡Un abrazo!.... y que se te pase pronto lo de los tobillos ^_^
R. me pidió esta mañana que le llevara colonia de bebé. Ella asegura que rociándose el cuerpo con ella se ahuyentan a todos los bichos.
Suerte en tu cruzada.
Un (b)eso
No eres la única a la que le gusta estar descalza. A mi me encanta, sobre todo ahora que hace calor. Es que siempre tengo los pies hirviendo. Y para la dermatitis, aparte del MIRCOL (es que uno es alérgico también desde hace años) y de no rascarse yo me apaño con lavados con agua fría. Lo malo es cuando no estoy en casa. Malditos ácaros...
Me pasa igual que a ti, tengo alergia a los ácaros, pero yo en cualquier epoca del año, es horrible, aunque me afecta más con picores que otra cosa.
Y sí, andar descalza no tiene precio, jeje.
Besotes!
Es un inmenso placer quitarse el calzado y caminar descalzo!! Pero también hay que tener cuidado en lo que se pisa.
Gracias Perséfone por visitarme, siempre tan generosa conmigo.
BESOTES HERMOSA
¡Y tanto que es un placer! Yo llevo calzado de seguridad durante 8 horas diarias, con unos calcetines muy gruesos, y en cuanto llego a casa lo primero que hago es descalzarme, lavarme los pies en el vidé, y ponerme a andar descalzo por toda la casa.
Menudo gustazo...
No sé si las superficies duras y ásperas de la selva urbana son saludables o no, yo apostaría que no. Pero en tierra semiblanda, en arena, etc, el efecto masaje en los pies beneficia la circulación.
He escuchado la noticia en la tele, y la verdad, me gusta, andar descalzos nos acerca mas a nuestra naturaleza animal y ademas dicen que despues de unos dias se hace una especie de "costra, almohada, o callo", que impide que nos cortemos o nos hagamos heridas.
El unico inconveniente que yo le veo es....cuando decidamos volver a calzarnos, ¿como nos metemos de nuevo los zapatos?,je,je.
Un abrazo
jejeje, sus ventajas tendrá que resulta tan placentero.
Vivan los pieses desnudos!!!
Saludos!
Tienes razón Perse, lo mejor al llegar a casa liberarse del calzado y ponerse algo cómodo, lo de pies descalzos para el verano que el suelo está calentito je je je.
SUSCRIBO!!!!
Que buena idea andar descalzos por la calle!!!!
Antes tenemos que conseguir que la gente no tire los cigarros encendidos al suelo y los que aman tanto a su mascota-perro no le dejaran hacer sus necesidades en medio de la acera.
En Japón seguro que sí se puede andar descalzo por la calle.
Besos,
Es un placer andar descalzo, sobre todo, descalzo sobre la arena... qué libertad...
UN saludo
Yo no podría...siempre tengo los pies fríos jeje
Besix
Publicar un comentario