Nuestros deseos ya flotan en el interior de ese árbol lleno de globos e ilusiones...Es bonito jugar a sentirse un niño de vez en cuando y dejar aflorar aquella imaginación, alegría e incluso la inocencia que pocas veces dejamos ver en nuestros rostros.¿Cuántos deseos pueden entrar en un árbol gigante de Navidad de 30 metros?
Da igual. Espero que se cumplan todos...
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