Dicen que las hadas también lloran.
Cuentan los sabios que, cuando lloran de alegría, sus lágrimas se convierten en diminutas cuentas de colores brillantes y que las hadas hacen con ellas pequeñas joyas: collares, pendientes y colgantes con los que adornarse y que siempre las llevan puestas para recordar el motivo feliz que las provocó.
Sin embargo, cuando los antiguos espíritus del bosque oyen a las hadas llorar de pena, desde el mismo corazón de la tierra hacen brotar un árbol frondoso, azul y luminoso como el cristal y cada lágrima de hada se transforma en una hoja nueva prendida a sus ramas que crecen y crecen.
Decidido: A partir de hoy seré el "hada" más adornada de todo el planeta. Y me da igual si los árboles se secan o dejan de crecer...
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